TEMAS DE ACTUALIDAD
Cortizo y el Hospital Santo Tomás
Brittmarie Janson Pérez
La situación por la
cual atraviesan los enfermos en el Hospital Santo Tomás es una ofensa
muy grande al pueblo panameño, a su dignidad humana y a sus derechos
ciudadanos.
Sin embargo, Laurentino Cortizo, candidato a vicepresidente por la nómina
"Nueva Nación", asegura que la preocupación de los
candidatos de oposición por los problemas del Hospital Santo Tomás
es ''pura demagogia plagada de falsa sensibilidad social''.
Cortizo afirmó además que éste no es un tema que
debe ''manosear'' irresponsablemente candidato alguno, mucho menos al calor
de la actual campaña política.
Refiriéndose a la administración del expresidente Guillermo
Endara, acotó que quienes hoy hablan de sensibilidad social no les
importó en el pasado con la salud del pueblo (La Prensa 8 de marzo
de 1999).
Tres errores grandes cometió Cortizo cuando dijo lo anterior.
En primer lugar, se abstuvo de mencionar que los problemas más graves
del Hospital Santo Tomás datan de antes de la invasión, cuando
paramilitares de la facción política que hoy apoya a Cortizo,
convirtieron al centro hospitalario en un fuerte militar apertrechado con
armas, ametralladoras y municiones.
En segundo lugar, las quejas no han sido inventadas por los candidatos
de la oposición. El pueblo panameño tiene años de quejarse
de las condiciones infrahumanas en el Hospital Santo Tomás.
Cuando el PRD volvió al poder, rebajó el presupuesto del
Hospital Santo Tomás por un 40%. Es decir, en 1994 el presupuesto
de operación del hospital ascendía a 9 millones de dólares,
pero al año siguiente se le recortó a 6 millones. ¿Será
casualidad que la partida secreta/discrecional/de contingencia que maneja
el Presidente Pérez Balladares se aumentó de $300,000 anuales
a $6 millones?
Lógicamente, los servicios prestados por el Santo Tomás
se fueron cuesta abajo. ¿No dijo Alberto Wellingon en La Prensa el
21 de noviembre de 1997 que a su hermano lo regresaron a su casa por carecer
de dinero? En diciembre de 1998 se suspendieron las operaciones no urgentes
por falta de fondos para comprar equipo quirúrgico. Desde entonces,
las quejas han proliferado.
La oposición repite las quejas del pueblo y del personal del Santo
Tomás porque tiene la obligación de hacerlo. La campaña
es para elegir al próximo gobierno y el Gobierno PRD ha sido una
calamidad.
El tercer error de Cortizo ha sido contagiarse del autoritarismo del
PRD. En este quinquenio, como legislador de Solidaridad y miembro de la
aplanadora oficialista que impuso los requerimientos de las IFIs, Cortizo
le dio la espalda al pueblo.
Ahora dice que la crisis del Santo Tomás no es un tema que deben
''manosear'' irresponsablemente los candidatos, mucho menos al calor de
la actual campaña política.
Esto nos indica que Cortizo piensa que tiene la autoridad para determinar
lo que se debe ventilar en la campaña electoral.
Lo mismo le pasa a Hermenegildo Bécquer, un dirigente de la campaña
de Martín Torrijos en Chiriquí, quien dijo que es ''triste''
que se aproveche la campaña para cuestionar la comisión de
más de 2 millones que una petrolera dio a unos miembros del PRD por
gestionar la concesión de propiedades del Estado panameño.
Igual le pasa a los funcionarios del Gobierno PRD quienes creen que tienen
el poder de determinar lo que se puede decir en los medios de comunicación
social.
El dos de mayo el pueblo panameño debe poner en su lugar a Cortizo
y a todos los candidatos de "Nueva Nación para que siga la corrupción".
¿Cuál es ese lugar? Lejos, muy lejos del Gobierno para que
no le puedan hacer más daño al pueblo panameño.
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