Ante Brasil, la selección juvenil de Panamá tendrá hoy un duro escollo que superar, en papel más difícil que Chile, rival que nos goleó el pasado lunes por 6-0.
Nos espera un compromiso sumamente complicado. Al frente tenemos al campeón del mundo de la categoría, que cuenta con jugadores profesionales y tienen todas las condiciones de preparación físico-atlética para competir en cualquier tipo de certamen.
Sí, a este monstruo se mide hoy Panamá. El Panamá de los chicos que juegan en la cancha pelada, con malas condiciones, con jugadores que no son profesionales, pero que suma su entusiasmo, ganas y deseos para saltar obstáculos.
Dicen los que saben de fútbol que estos equipos chicos -caso Panamá- son complicados porque compensan sus carencias con corazón y eso hace que se les paren de tú a tú a cualquier adversario.
Panamá, como escribí en el artículo del sábado anterior, debe tomar este torneo como ensayo para lo que viene en el mundial. No podemos pensar en ganar el título, vuelvo y repito. Ganarlo es como sacarse el primer premio del "Gordito del Zodiaco".
No. Panamá debe aprovechar al máximo la experiencia de enfrentar a selecciones de altísimo vuelo como Colombia, Chile y Brasil. Estos equipos junto a Argentina deben estar peleando los primeros lugares en el mundial de Holanda. No me cabe la menor duda.
Son selecciones de categoría y el solo hecho de jugar ante ellos, ya es un mérito. No podemos entrar a desbaratar al equipo por el 6-0, no. Debemos pensar en mejorar para que no se vuelva a repetir.
Claro que nos duele y nos da pena el resultado de 6-0 ante Chile, para mi gusto muy abultado, pero señores �Qué podemos hacer? Llorar no, porque el daño está hecho.