Después de concluir las elecciones y ser elegido el Presidente de la República, así como también diputados, alcaldes, representantes y concejales, debemos reconocer la eficiente labor de uno de los principales protagonistas de este evento democrático: el Tribunal Electoral de Panamá.
Este organismo ha mostrado una vez más su capacidad para desarrollar un proceso electoral transparente, eficiente y sobre todo con la divulgación de los resultados de una manera rápida e incuestionable.
En cada centro de votación, el personal del Tribunal colocó personal capacitado para garantizar la celeridad y validez del proceso. La logística ubicó las unidades necesarias en el sitio requerido de manera puntual y efectiva.
La democracia panameña ha resultado fortalecida después del ejercicio llevado a cabo por toda la ciudadanía. El Tribunal Electoral ha sido la pieza fundamental de la nitidez este ejercicio.
A pesar de lo intensa de la campaña proselitista, que en ocasiones parecía presagiar un ambiente turbulento, el Tribunal Electoral siempre veló porque se mantuviese el orden y el respeto a la decisión de los votantes.
Los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos, así como los representantes de entidades cívicas no gubernamentales y periodistas nacionales y extranjeros, ponderaron el trabajo del Tribunal Electoral.
Los magistrados Erasmo Pinilla, Eduardo Valdés Escoffery y Gerardo Solís, fieles a los más preclaros postulados patrióticos, consignaron sus mayores y mejores esfuerzos en esta nueva jornada de consulta popular.
Gracias al trabajo del Tribunal Electoral queda demostrado que en política se puede disentir, polemizar y en ocasiones apasionarse por una causa, de manera casi incendiaria, pero también se pueden ejercer nuestros derechos de manera cívica, respetuosa y sensata.