En una mezcla de llovizna y rayos solares se realizó ayer, miércoles, en horas de la tarde, el sepelio del cabo Primero de la Policía Nacional, Juan Francisco Aizprua, asesinado la semana pasada durante un intento de robo luego que su taxi sufriera daños mecánicos en Santa Librada, distrito de San Miguelito.
Cientos de personas se congregaron, entre ellos familiares, amigos y compañeros de labores, para darle el último adiós a la unidad policial en el Parque La Eternidad, ubicado en la entrada hacia Cerro Azul, corregimiento de Pacora.
El mensaje de esperanza de personas allegada a Aizprua se hizo sentir en medio de las lágrimas y tristeza de su esposa Verónica Rivera, y sus tres hijos.
El féretro del policía, quien se encontraba libre en esa desafortunada noche, fue despedido por una docena de uniformados de diversos rangos que hicieron una calle de honor hacia su última morada. El cadáver vestía el uniforme policial.
En el recinto sagrado se realizó un sermón por parte del pastor de la iglesia, quien manifestó que todo hay que dejárselo a Dios.
Las investigaciones en ese caso, prosiguen. Actualmente se mencionan a dos sujetos.