CUARTILLAS
Enseñanzas
Milciades A. Ortiz Jr.
Cada elección es como
un curso educativo para todos. Quienes piensan hacer de la política
una profesión, deberían darle valor a las enseñanzas
de estos últimos comicios de fin de siglo.
Aprendimos que los debates entre los candidatos presidenciales no son
indispensables para ganar. Aunque muchos panameños quedaron decepcionados
por no escuchar y ver a los candidatos frente a frente, eso no impidió
que quien más le huyó a los debates, haya alcanzado ahora
la presidencia.
Las encuestas famosas salvaron la cara a último momento, cuando
registraron la "tendencia" que señalaba que doña
Mireya superaba a Martín, o estaba en "empate técnico".
Desde el principio, el candidato del PRD aparecía favorito en las
encuestas.
Cosa distinta ocurrió con el cargo de alcalde del principal
distrito del país. Quien estaba arriba en las encuestas quedó
en tercer lugar. Aquí sí fallaron en forma notoria estas mediciones
de la opinión pública.
En resumen, las encuestas quedaron algo aceptables para presidente
y mal para la Alcaldía de la capital. Ahora sólo falta comparar
las encuestas hechas a legisladores y otros cargos de elección. (Llegó
un momento en que muchos panameños creían que las encuestas
eran las mismas elecciones, cosa que confundió).
Los medios de comunicación fueron un impedimento para cualquier
idea loca de fraude. En democracia es difícil hacer las "vivezas"
que realizó el PRD cuando era el "brazo político"
de la dictadura militar. El pueblo a través de la radio, primero;
la TV, segundo y finalmente los diarios, se enteró al instante de
los resultados.
El esfuerzo y profesionalismo del periodismo panameño quedó
demostrado otra vez más, en las pasadas elecciones.
Nuevamente se comprobó que el partido más disciplinado
es el PRD. Su consigna de votar "en plancha" le logró el
control de la Asamblea y consejos municipales. Muchos puestos perdieron
los de la nómina ganadora porque cada candidato pidió el voto
para él, (selectivo), y no para todos los copartidarios.
También se aprendió que el dinero no es todo en política.
Quienes tuvieron más propaganda política fueron perdedores:
PRD y Alberto. Claro que la plata permite llenar la Plaza 5 de Mayo, impactar
en la TV, dar la apariencia de triunfo con monstruosas caravanas. Pero a
la hora de la hora, es el hombre sólo ante su conciencia, quien decide
una elección.
Hay que agregar a estas clases de política, que la gente toma
en cuenta el trabajo comunitario de los candidatos. Los honorables que fueron
reelegidos, se caracterizan por estar siempre metidos en los circuitos.
Esto debe señalarle a los que aspiran a políticos, que
se necesita ir trabajando desde ahora por la comunidad, si mañana
se desea el voto. Y si Ud. es de los privilegiados que logró un puesto
de elección, por favor no se olvide de sus votantes, que ellos después
le pasarán la factura de su desprecio en las próximas elecciones.
Tal vez la lección más significativa de lo ocurrido el
2 de mayo, es que el panameño confía en que una mujer puede
dirigir el país. Mucha gente pensaba que "las mujeres no votarán
por otra mujer"; que el hombre panameño no apoyará a
una dama porque es machista, etc. Todo esto es cosa del pasado luego de
estas elecciones.
Se debe agregar aquí un punto delicado y discutido: el nivel
de instrucción no fue decisivo para seleccionar al presidente. El
candidato que tenía mayor preparación académica y experiencia
profesional, fue quien quedó de último.
Así que la educación y experiencia pueden ser cualidades
deseables, pero para el panameño no fueron importantes a la hora
de escoger.
Queda un punto que no puede definirse: ¿el recuerdo de los muertos
famosos influyó en algo en la votación? No hay resultados,
porque en un caso (Martín) no valió, y en el otro sí
(Mireya).
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