Con el rostro cubierto por la capucha de un abrigo, se entregó ayer el jefe del departamento de Balí�stica de la Policí�a Técnica Judicial, Luis Alberto Vargas Ramí�rez, a quien se le vincula con la desaparición de 32 armas de fuego, expedientes y otras pruebas que reposaban en ese despacho.
Vargas, quien tiene 23 años de laborar en la PTJ y 10 al frente de Balí�stica, alegó ser inocente de los cargos que se le imputan. Una de las armas que debí�a permanecer en balí�stica desde 1999, fue decomisada tras un reciente tiroteo en El Chorrillo.
Presuntamente, Vargas Ramí�rez sustraí�a las armas y se las suministraba a delincuentes de diferentes bandas, acusación que rechaza el funcionario.
El exjefe de Balí�stica se entregó, porque era rastreado por un bloque de búsqueda integrado por unidades de la DIIP de la Policí�a Nacional en coordinación con la Fiscalí�a Auxiliar y la Policí�a Técnica Judicial (PTJ).
La conexión de Vargas surgió a través de una operación de inteligencia de la Policí�a Nacional, denominada "Restaurar 1", para desarticular bandas. Las 32 armas fueron decomisadas en la casa del Inspector y en otro allanamiento a un cuarto de una colombiana que frecuentemente visitaba Vargas.
En las residencias también se encontraron expedientes de casos de los años 2000, 2004 , 2005 y 2007, también permisos de armas con fotos de ciudadanos asiáticos, municiones de pruebas balí�sticas y casquillos vací�os que forman parte de diferentes casos pertenecientes a los expedientes que investiga la PTJ.
La colombiana rindió ayer, indagatoria sobre su relación con Vargas y las pruebas que fueron encontradas en su poder.
El director encargado de la PTJ, Gustavo Barragán, informó que las armas estaban notificadas como faltantes y que Vargas poseí�a el control, registro de algunas evidencias, además de poseer la capacidad de sustraerlas de las institución.