Hace días escuchaba a una compañera angustiada hablar de las cosas que hace su hija, y que a ella no le parecen. Pero qué cosas nos preguntamos muchos del grupo, ella respondió: "Esta niña tiene muchos tics".
Sí señores lectores, tal vez sin darnos cuentas los infantes con sus extrañas costumbres quieren expresar su estado de ánimo, lo que sienten o lo que quisieran. Ahora, qué pasa cuando ese pequeño de la casa se pasa de lo normal, cuando sus costumbres son cada vez más frecuentes.
Con relación a lo anterior podemos decirle que el aburrimiento es, quizás, la principal causa de que el niño se exprese de cierta forma. Claro, tampoco le estamos diciendo que es un estado propio de los niños o las niñas, pero suele darse por distintas circuntancias, aunque es difícil de interpretar. Por lo general aparece antes de los 3 años de edad y casi siempre está asociado a las situaciones de ansiedad, cansancio y estrés.
El aburrimiento también puede llevar a un niño a morderse las uñas. Pero si el niño es sano, es decir, juega, estudia, tiene amigos, come y duerme bien, y parece estar contento con su vida, es probable que se trate de una mala costumbre pasajera. Y en este caso lo mejor es no interferir y esperar a que le pase.
En todo caso, existen muchas razones por las que un niño se muerde las uñas. Una porque no le van bien las cosas en el colegio, otra porque no se encuentra contento consigo mismo, o porque vive una situación de nerviosismo, miedo, tensión, o porque le gusta hacerse daño.
Tanto los niños como las niñas se muerden las uñas en la misma proporción durante los primeros años. No obstante, a medida que se van haciendo mayores, los niños son más propensos a continuar con el mal hábito.
�QUE DEBE HACER?
- No hable a toda hora con su hijo sobre su conducta. Eso podrá dejarle más nervioso.
- El untar los dedos con una sustancia de mal sabor sería una medida útil, pero no abuse de los castigos.
- Si ve que el problema aumenta, y que existe ya un descontrol visible, puede ser conveniente el consejo y la ayuda de un psicólogo.
�DEJATE EL CABELLO!
Sólo por el hecho de ser mujer practicamos la coquetería, y qué mejor aliado que el cabello para conseguirlo. Y es precisamente ese, otro de los "tics" que acostumbran a emplear los niños, en ocasiones sin darse cuenta.
Suele ser un hábito casi exclusivo de las niñas, como también de muchas mujeres adultas, debido a que la mayoría lleva el pelo más largo que los varones.
Jugar con un mechón de pelo cuando se sienten avergonzadas o tímidas, casi siempre da tranquilidad y seguridad.
El hecho de tocar, jugar y enrollar el pelo con los dedos no indica que el niño o la niña haya adquirido una mala costumbre. El tener este comportamiento no significa que tu hijo tenga problemas de inseguridad o de aburrimiento. El problema sí existirá si empieza a sacarse pelos e incluso mechones enteros de la cabeza, pues el infante se está autoagrediendo.
Enrollar el pelo es un hábito muy común, pero si a los padres los pone muy nerviosos ver a su hija jugando con el cabello, lo único que pueden hacer es evitar darle importancia al tema. No se puede ignorar que todos tenemos algún momento más débil que otro, y que por mucho que se alcance la madurez siempre quedaremos con algunas de esas costumbres de la infancia.
HAY QUE DAR EL EJEMPLO
Los padres debemos actuar de forma coherente con los mensajes que damos a nuestros hijos. Debemos ser modelos adecuados.
En muchas ocasiones, los niños actúan por imitación. Dar respuestas coherentes con nuestras normas, e incluso reconocer nuestros errores, les ayudará a establecer unas pautas estables de conducta.