La definición de un torneo al final tiene dos lecturas. Por un lado el flamante campeón, que no oculta su alegría y no tiene por qué hacerlo, que grita y celebra, en este caso, Colón. Mientras que por el otro está el llanto del derrotado, que tirado sobre el campo desahoga su tristeza, esa bronca que algunos llaman verg�enza deportiva y que es desgarradora.
Sí, ayer en Clayton se escuchó "whaping Colón". Estaban felices, porque un triunfo de 1-0 los dejó como campeones de la Liga Rotaria al vencer a Chiriquí.
Los de la costa atlántica aprendieron de la experiencia del 2003, cuando perdieron en la final ante La Chorrera por penales. Ayer no cometieron errores y hoy son campeones invictos.
El pasaporte de los colonenses al título lo firmó Reinaldo Haddo, su particular "Pelé" y ahora Colón buscará los "tiquets" para viajar a Costa Rica y representar a Panamá en un torneo juvenil.
"Los dos equipos se esforzaron aunque la cancha estuviera pesada, de ahí salió ganador el que mejor hizo las cosas", dijo Eduardo Thomas, técnico colonense.
El entrenador no ocultó su alegría por terminar el torneo de forma invicta.