Cada jornada es diferente a la anterior; ningún partido es igual a otro. Esto es algo que aplica para todos los deportes.
Durante el primer partido de la décima jornada de ANAFUFE, fueron contados los fanáticos que se acercaron al Estadio de Balboa, a diferencia de la fecha anterior.
En su mayoría, quienes estaban sentadas, en las gradas, eran jugadoras de otros equipos que tenían partido en horas de la tarde en el mismo escenario.
Y mientras observaban el partido entre las Embajadoras de Veraguas y las Once Universitarias, se escuchaba el eco de que esa liga le falta organización y apoyo.
Para muchas de las propias protagonistas, el nivel de la liga está bajo, además de que a ellas, no se les brinda apoyo, ni incentivos para que se mantengan jugando con ánimo.
Las que están allí lo hacen por amor a la camiseta, por diversión, sin esperar nada a cambio, pues están conscientes de que dentro de la organización "hay mucho desorden".
Tal vez un poco de publicidad para estas chicas no caería mal, pues que sean mujeres no significa que su nivel de fútbol sea inferior al de un hombre.
La mayoría de las jugadoras que integran los equipos de Navy Bay, Las Embajadoras, ULACIT, San Martín, Chorrillo, es de estratos humildes y busca superarse por medio del fútbol.