Endentemos como mito la creencia establecida a través de varias generaciones, de ciertos hechos sorprendentes que pudieran ser ciertos. Uno de ellos radica en el antichiricanismo que reina en la mayoría de este país. De generación en generación, se ha dicho que cada vez que un hijo del Valle de la Luna participa en cualquier torneo nacional, el resto de los panameños va contra él.
Ya concluyó la segunda temporada de Vive la Música, donde terminó como finalista el joven Manuel Araúz, oriundo de la provincia de Chiriquí. Su triunfo no dependía de batazos, de carreras impulsadas o de robo de bases. La decisión se basaba en la cantidad de llamadas. En pocas palabras, si el mito del antichiricanismo fuese cierto, el resto del país se hubiera unido para llamar por Brenda o Julieta, impidiéndole el triunfo a Manuel.
Es motivo de análisis y de interrogantes lo que ha sucedido; o bien la situación económica impidió que el resto del país no llamara en contra del chiricano o Don Manuel cautivó a Panamá por su forma de cantar. Los del Valle de la Luna le tenían temor a la fuerza de los chinos, pero al final, éstos, tal vez, prefirieron seguir con su tradición de austeridad.
Vive la Música, es una iniciativa fenomenal que a no dudarlo se ha convertido en la producción nacional con más fuerza, más empuje y posiblemente con el que ha roto todos los récords de sintonía. Felicitamos a la familia de Televisora Nacional, Canal Dos y los exhorto a que sigan brindándonos este tipo de presentaciones.
En un país donde las alzas de precio se han convertido en dolor de cabeza; donde reina la inseguridad, la corrupción y la falta de valores, Vive la Música se convierte en un oasis; en un remanso de paz. Con la misma fuerza que criticamos la violencia en televisión hoy lo hacemos para reiterar nuestro reconocimiento a Televisora Nacional, Canal Dos.
