Hablar, masticar, bostezar, sorprendernos... Todos los gestos que moldean nuestro rostro tienen consecuencias en la piel. Pero no siempre estos gestos dejan huellas desagradables. Descubra lo que puede hacer por usted la gimnasia facial. Recuerde, la edad no es sinónimo de arrugas.
Dedicar unos minutos a cada parte conflictiva de nuestro rostro ayuda a prevenir y retrasar las temibles arrugas, al igual que da luminosidad y viveza al cutis.
Alisar las arrugas del entrecejo: sitúe los dedos índice y corazón entre ceja y ceja y muévalos suavemente recorriendo esta zona hasta llegar a las sienes. Repase con los dedos toda esta zona un par de veces.
Prevenir las patas de gallo: abra los ojos lo más que pueda y vuelva a cerrarlos suavemente. Repita el ejercicio diez veces.
Fortalecer tus mejillas: tape los labios con una mano e hinche poco a poco las mejillas; a continuación tape otra vez los labios e hinche solamente una mejilla. Con la mano que queda libre, presione suavemente y deje que salga el aire suavemente. Repetir lo mismo con la otra mejilla.
Evite las arrugas en la frente: con la mano derecha sujete la sien derecha mientras la palma de la mano izquierda se desliza suavemente sobre la frente efectuando una serie de movimientos circulares hasta llegar a la sien izquierda. Repetir este movimiento en sentido contrario.
Reducir el doble mentón: este ejercicio es más fácil de realizar si se coloca erguido y con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás.
En esta posición apoye los dedos anular y medio en el centro de la barbilla y deslícelos, presionando suavemente hacia los lóbulos de las orejas.