CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no respeto a los ancianos
"¡Viejo, ya no
estás para salir a la calle, busca un asilo y no salgas a molestar
a la calle!". Así le gritaba un joven conductor a un anciano
que caminaba por las calles de la ciudad capital.
Son tantas las veces que actuamos con ignorancia, que no me sorprendo
de la facilidad con la que frecuentemente decimos cualquier barbaridad que
nos viene a la boca. Sí, a la boca, porque hay cosas que dudo pasen
por nuestro cerebro.
Tal es la expresión que inicia nuestro escrito, puesto que el
aludido olvida no sé, si por desconocimiento u olvido, pero ese anciano
al cual él llamó viejo, de manera insultativa, algún
día fue joven igual que él.
Pero fiel al cumplimiento de las leyes de la naturaleza o de la vida
dictadas por Dios, nuestro anciano amigo se encuentra disfrutando de una
nueva etapa de su vida, que por significar quizá menor agilidad,
fuerza y lozanía, no quiere decir que no tenga valor y que no aporte
a la sociedad.
Su experiencia y conocimiento son relevantes en la formación de
los más jóvenes, los cuales necesitan de esa orientación
para evitar errores que tal vez fueron cometidos por los que nos han precedido
y ahora están en condición de guiarnos.
Usualmente cometemos el error de creer que los ancianos son una especie
digna del encierro y del olvido, pero los países europeos de los
cuales se presenta su alta tasa de ancianos, son estimadas como las naciones
de mayor cultura en el mundo, no será a raíz del correcto
aprovechamiento de la experiencia y aporte de los más viejos.
Ser buen panameño es honrar a los que gracias a Dios han llegado
a vivir hasta edades avanzadas y desear algún día tener la
dicha de llegar a esos niveles y ser de provecho a los que quizá
mañana los hoy jóvenes les digan viejos.
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