El diablo los haló, pero Cristo los salvó.
Marcos Torres y Henry Mosquera, ambos de 15 años, estuvieron a punto de ser asesinados.
Los adolescentes, residentes en la comunidad de Transporte y Talleres, en Curundú, fueron sorprendidos por una ráfaga de balas que les tiraron desde un auto en marcha cuando salían de un culto religioso, en la vía Frangipani.
Torres recibió un balazo en el muslo y Mosquera en el pie. Ambos menores fueron conducidos al Hospital Santo Tomás.
Según fuentes extraoficiales, el hecho se registró a las 11:00 de la noche del sábado, y hasta ayer se desconocían quiénes fueron los autores del intento de homicidio.