Los accidentes de tránsito ocurren en cosa de segundos. La diferencia entre vivir o morir se define en ese corto espacio de tiempo.
Eso fue lo que quizás pensó José Batista, conductor de la mula con placa 327459, que viajaba cargada de varillas de hierro hacia Río Hato.
Ese transportista conducía su mula a la altura del Puente de Arraijancito, en Arraiján, cuando sintió que algo lo golpeó en la parte trasera de el vehículo.
Supuestamente al mirar por el retrovisor, Batista se percató que un auto sedán había chocado contra la parte trasera de la mula y segundos después estalló en llamas.
El susto fue tan grande que Batista continúo la marcha esperando que el vehículo se destrabara; al ver que eso no sucedía, se detuvo.
Dentro del sedán azul con matrícula 110808, se encontraba Adrián Gálvez Aparicio, quien recibió fuertes golpes en diferentes partes de su anatomía.
Tan pronto las autoridades fueron informadas del hecho, una ambulancia llagó al sitio para trasladar a Adrián hasta la Caja de Seguro Social de Arraiján.
Se conoció que el conductor del sedán aparentemente perdió el control del vehículo y se fue contra la mula. Se investiga si Gálvez Aparicio conducía bajo los efectos del alcohol.