El finlandés Heikki Kovalainen debió desempeñarse como un improvisado bombero.
A falta de dos vueltas para el final de la carrera nocturna de la F-1, Kovalainen notó que su Lotus T27 comenzaba a incendiarse, situación que podía generar un accidente en pista, pero que el piloto resolvió de la mejor manera.
El finlandés consiguió llevar su monoplaza hasta un costado de la pista en la zona de la recta de meta, y tras bajarse rápidamente tomó un extintor de seguridad colgado en el alambrado para intentar apagarlo.