Ni las comunidades más tranquilas se escapan de la delincuencia. "Parece que los muchachos sólo aprenden lo malo", comentan moradores de la barriada Dieciocho de abril, en el corregimiento de Pedregal.
"Desde que rayan las 6:00 P.M., ya no podemos caminar tranquilos en las calles en donde antes andábamos confiados", dijo Seferino, un morador que afirma que desde hace un tiempo para acá, se registran robos y asaltos a mano armada, tanto a taxistas como a habitantes que son víctimas de saqueos en sus propias casas. Las denuncias caen en oídos sordos.