La suspensión de las visitas a los detenidos de la Cárcel La Joya y La Joyita provocó un motín de mujeres en las afueras del complejo penitenciario, al punto de que Donald Bravo, director de La Joyita, permaneció retenido por los enardecidos familiares que lo retuvieron por varias horas dentro de su propio auto.