"El Varicocele es una patología propiamente masculina, común en la anatomía de los hombres con problemas de fertilidad, pues afecta los órganos del aparato reproductor", explica Armando Suárez.
Aparece en un 10 por ciento de los hombres jóvenes, la buena noticia es que actualmente se cuenta con terapias y tratamientos.
El varicocele se reconoce de manera sencilla con una exploración física de sus órganos sexuales. Resulta poco común la aparición de alguna especie de dolor, pero es posible que esa sea la causa por la que un paciente consulte al médico. Otras veces, la patología es hallada por una consulta realizada por inconvenientes de fertilidad.
A través del examen físico puede observarse visualmente y mediante la palpación del escroto, con el paciente de pie, se puede detectar várices al ejercer presión con los dedos.
Si el paciente realiza un pequeño esfuerzo en esa misma posición, como toser, se nota la acentuación de los engrosamientos, producto del reflujo sanguíneo a las venas afectadas.
Por el contrario, si el paciente se recuesta es posible que las venas se vacíen y la varicosidad sea menos notoria, aunque, si se realiza el esfuerzo mencionado anteriormente, las varices son nuevamente apreciables.
En lo que respecta al tratamiento a seguir, el único posible es el quirúrgico. Se trata de ligar la vena espermática con el fin de revertir la anómala circulación de la sangre que trae aparejada las complicaciones anteriormente descritas.
En el caso que la patología se presente de manera asintomática y no repercuta en las funciones de los órganos y en la calidad espermática, el control médico será lo aconsejado.