Las personas que habían recorrido casi quinientos kilómetros estaban buscando con afán una fruta propia de la región. Pero no había. La decepción era evidente en sus rostros. Era el fin de semana de fiestas patrias en Volcán y Cerro Punta. Decenas de panameños y algunos extranjeros hacían turismo con el clima fresco, las bellezas naturales, la atención de sus residentes. y �fresas!
Parece mentira que todo el año hay fresas en varios supermercados de la capital y uno no las compra. Y ahora se había desatado una compulsión por consumir la delicada fruta, que es símbolo de regiones de tierras altas chiricanas.
Al ver llenos de autos esos parajes pensé en lo efectivo que son los "días puentes", para promover el turismo interno. Se calcula que decenas de millones de balboas van a dar al interior por esa actividad.
Así que no solamente el turismo de cruceros, el de viajeros que van a Zona Libre o tienen una casa de verano es importante para Panamá.
Tengo tiempo de sostener que hay que respaldar el turismo interno. El Ipat se gasta millones de dólares en campañas publicitarias para atraer turistas, que luego no encontrarán un sitio donde orinar y hacer otras cosas del cuerpo.
A pesar de estos inconvenientes, el panameño aprovechan unos días libres para viajar.
Debo señalar que los desfiles en Volcán fueron cortos pero llenos de nacionalismo. No hizo falta las minifaldas para que se lucieran las jóvenes y fueran admiradas por la comunidad.
Incluso turistas extranjeros tomaban fotografías para enviarlas a sus parientes lejanos.
Las bandas entonaban canciones panameñas, algunas de ellas muy antiguas, que provocaban recuerdos en las personas mayores.
No solo la capital fue punto de interés nacionalista en estas festividades patrias. De esa manera se diluye aquella teoría llamada "transitista", que indicaba que la zona cercana al Canal era la que realmente valía y tenía importancia.
Hay que luchar para que no se pierda nuestra identidad ante la avalancha de extranjeros que llegan a nuestro país. Muchos de ellos se interesan por nuestra cultura, incluso más que algunos panameños.
Es una verdad que puede doler decir que "hay extranjeros que conocen mejor a Panamá que los mismos panameños".
Esos días de descanso, viendo la neblina cubrir Volcán a media mañana, disfrutar de un aire limpio y una comida sana, son realmente "una medicina para el alma". Con fresas o sin fresas, por supuesto.
