Unos 7,000 ancianos, que trabajaron como braceros en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, aguardan -a la intemperie- el pago de un fondo que acumularon con su trabajo y que fue malversado desde esa época, en la ciudad mexicana de Monterrey desde hace casi dos días. Fuentes del Gobierno del norteño estado mexicano de Nuevo León, al que pertenece Monterrey, explicaron que los miles de ancianos campesinos, de entre 60 y 80 años, permanecen desde ayer en largas filas en espera de que los inscriban en la lista para poder recibir unos 2,900 dólares.