Mis respetos a Ismael Laguna
Cómo pude olvidar al exboxeador colonense Ismael Laguna. Inexplicablemente, mi computadora mental no registró ayer a “El Tigre colonense”, cuando plasmaba en este mismo espacio que Roberto
Cómo pude olvidar al exboxeador colonense Ismael Laguna. Inexplicablemente, mi computadora mental no registró ayer a “El Tigre colonense”, cuando plasmaba en este mismo espacio que Roberto “Mano de Piedra” Durán era el único campeón ligero que había dado la República de Panamá.
Aquello es falso porque fue Laguna, quien el 10 de abril de 1965, le regaló la segunda corona mundial de boxeo a Panamá, la primera en el peso ligero, luego de destronar al boricua Carlos Ortiz.
Es por esta razón por la que hoy he decidido hacerle tributo a Laguna, reviviendo aquella batalla en la que conquistó esa diadema mundial para la tierra del Canal.
¿Y cómo hacerlo? Me tomé la tarea de ir hasta la hemeroteca de la biblioteca Ernesto J. Castillero, en el Parque Omar, donde encontré algunos reportes de ese momento memorable para la historia del boxeo nacional.
Cuenta el diario “Crítica” del 11 de abril de 1965, que desde las 6:00 p.m. el Estadio Olímpico Juan Demóstenes Arosemena se encontraba lleno en sus graderías principales, las cuales resultaron pequeñas para dar cabida a la marejada humana que lo invadió totalmente, porque todos querían ser testigos de la primera pelea de campeonato mundial realizada en territorio panameño.
Trataba de imaginarme cómo pudo haber sido este combate de título mundial, cuando de repente me encontré con unas líneas escritas por el difunto periodista panameño Alfonso Castillo, en su columna deportiva “De aquí y de allá”, y que decía lo siguiente: “Si los 13 mil y tantos aficionados que acudieron al Estadio Olímpico no han presenciado alguna vez un concierto de música clásica, en el ‘Music Hall’ de Nueva York, pueden ya sentirse complacidos, porque Ismael Laguna ofreció una verdadera sinfonía de guantes frente a Ortiz y lo destronó del sillón peso Ligero del mundo, al vencerlo por decisión de dos jueces, fallo que debió ser unánime, luego de los 15 interesantes ‘rounds’ disputados”.
¡Viva la historia del boxeo panameño! ¡Viva Ismael “El Tigre colonense” Laguna!