Insólitas - 25/2/15 - 03:45 PM
Latigazos y exorcismos, la cura fatal de los mulás afganos
La mujer sufría preeclampsia, un problema de presión en la sangre propio de un embarazo, pero nada que ver con demonios, según el doctor.
Latigazos, marcas grabadas en el cuerpo con espadas o exorcismos son sólo parte de los remedios que algunos mulas afganos prescriben a quienes acuden a ellos en busca de una cura o un milagro, dispuestos a someterse a prácticas ilegales con resultados a menudo trágicos.
Las zonas rurales del país asiático y la población con menos formación son el caldo de cultivo para la superchería. Muchos afganos prefieren a los adivinos y los grabadores de talismanes a la hora de buscar una cura a sus problemas de salud en vez de ir al médico.
No son pocos los que creen que los talismanes y amuletos tienen poderes mágicos para sanar enfermedades mortales o la infertilidad, conseguir pareja, resucitar malos negocios o ayudar a jóvenes que quieren empezar otra vida en Occidente y que recurren a mulas o líderes religiosos que se presentan como mágicos salvadores.
Hace unas semanas, una familia en la provincia de Kunduz (noreste) llevó ante uno de ellos a una mujer embarazada primeriza de ocho meses, a la que le fue practicado un exorcismo conocido como "Dost Muhammad" dándole tales latigazos que tuvo que ser llevada a un hospital.
"Ingresamos a la mujer en malas condiciones de salud, su bebé había muerto de apoplejía y no tuvimos más remedio que sacarlo del útero", aseguró a Efe el jefe del hospital provincial, Abdul Qudoos Miakhil.
La mujer sufría preeclampsia, un problema de presión en la sangre propio de un embarazo, pero nada que ver con demonios, según el doctor.
Golpes con palos mojados, encierros en habitaciones oscuras, escribir misteriosas figuras en la piel, recitar o escribir versos coránicos en papeles para hacer amuletos son otras soluciones mágicas de estos mulás.
Shir Khan llevó a su mujer a decenas de curanderos durante veinte años sin que remediaran su infertilidad, y al final tuvo que viajar a la India para a través de la medicina convencional encontrar un tratamiento que puso "punto final a 20 años de miseria".