¡Hay que tener fe!
¡Hay que tener fe!
- ETIQUETAS:
- José Domingo Ulloa
- Fe
- Panamá
- Iglesia Católica
Por: Redacción / Crítica Impreso -
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa sostuvo que a menudo pensamos que la fe es creer que Dios existe, pero eso es demasiado fácil. ¿Creemos que este Dios, además de existir, está cerca de nosotros?, preguntó.
Durante su homilía dominical, Ulloa dijo que a veces decimos creer en Dios, pero nuestra actitud es de una terrible desconfianza y actuamos como si fuera un juez castigador y le tenemos miedo; o bien decimos que nos envía pruebas, o que “permite” que nos sucedan desgracias.
Otras veces -añadió el prelado- anteponemos nuestros planes a los suyos: planificamos sin contar con él y lo barremos de nuestra vida cuando no nos interesa pedirle favores.
Monseñor manifestó que confiamos en amigos, en nuestra pareja… ¿Y no sabemos confiar en Dios? ¿Por qué nos cuesta creer que él puede cambiar nuestra vida? ¿Por qué nos resistimos a creer que él puede sanarnos, regenerar tanto nuestro cuerpo como nuestra alma?»
«Tener fe obra milagros. El mayor milagro no es mover montes, sino mover almas y enternecer corazones de piedra, convirtiéndolos en corazones de carne capaces de amar y de perdonar, agregó.
Durante su sermón, el arzobispo expresó que Jesús no nos pide una fe enorme, porque bastaría una fe pequeñita como un grano de mostaza, para mover montañas.
Te puede interesar
Ya van 84 muertes por influenza
Denuncian a 36 por votar dos veces el 5 de mayo
Juez decreta aprehensión de bienes en la Operación Jericó
Semana de Prevención del Suicidio
Colapsa puente por desbordamiento de quebrada en Bocas
No se puede ser creyente para que Dios sea favorable. No podemos ser creyentes solo para ganar el cielo....la fe debe ser también testimonial, la fe tenemos que vivirla en las distintas circunstancias de cada día por difíciles que sean, expresó José Domingo Ulloa.
El guía de los católicos panameños explicó que la fe debe ser esperanzada y los sufrimientos, las desgracias, no pueden disminuir nuestra esperanza en la intervención de Dios y dijo que lo importante no es la cantidad de fe que a uno le parece tener, sino la seriedad y responsabilidad con que uno vive la fe que sólo Dios conoce.