Los pescadores que "desaparecerán" por el cuarto puente del Canal de Panamá

Sentado en una orilla, vigilante a su lancha turística, Gumercindo Díaz sabe que ya no quedan años para irse, sino meses, ya lo sabía desde el 2014, fecha en que realizaron estudios para la construcción de esa cuarta conexión sobre el mar.
Los pescadores que "desaparecerán" por el cuarto puente del Canal de Panamá

Los pescadores que "desaparecerán" por el cuarto puente del Canal de Panamá

Por: Panamá / ACAN-EFE -

Con el sol en el horizonte, decenas de pescadores se apresuran a llegar al puerto La Boca, un lugar que aparenta estar escondido en las orillas del Canal de Panamá, y en el que cada día está amenazado a desaparecer para dar paso al progreso: el cuarto puente sobre la vía interoceánica.
Unos 30 pescadores artesanales arrastran sus botes y poco a poco sacan la mercancía que fue capturada en la madrugada. Los canastos con peces y mariscos se tiran en tinas que cargan en camiones que lo trasladarán a los mercados de alimentos, una maratónica jornada de pocas horas para lograr la cosecha fresca del mar.
Pero esta vida como la conocen muchos dejará de existir, o eso es lo que temen, debido a la construcción de un megaproyecto que se erigirá para colocar una línea de metro y que ayudará a aliviar el tráfico en la ciudad. Esta será prioridad y el muelle podría cerrar.
El puerto La Boca, enclavado en la costa Pacífica de Panamá, era antes una zona que estaba bajo vigilancia de las tropas de Estados Unidos, durante su presencia militar en Panamá. Ya en el año de 1930 se habilitó un sistema de remolcadores o ferris, que trasladaban a las personas desde Balboa hasta Farfán (oeste).
La infraestructura quedó en abandono después que se inauguró el Puente de Las Américas en 1962, por lo que el muelle fue adoptado por los pescadores que se abrían paso para ejercer su oficio. Época en la que la idea de un sitio próspero para la pesca apenas florecía.
Sentado en una orilla, vigilante a su lancha turística, Gumercindo Díaz sabe que ya no quedan años para irse, sino meses, ya lo sabía desde el 2014, fecha en que realizaron estudios para la construcción de esa cuarta conexión sobre el mar.
Hoy día ese mismo lugar sufrirá otra transformación, el proyecto que conectará la provincia de Panamá Oeste con el centro de la ciudad será levantado por un consorcio chino y la infraestructura tendrá una longitud aproximada de 6,5 kilómetros con un diseño atirantado.

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"Cuando se inició las consultas hubo una reunión con la sociedad, ni siquiera los vecinos del área residencial conocían que estábamos asentados en el lugar, desde ese entonces comenzó las preocupaciones de que iba a pasar con nosotros", explica.
Comenta que luego que se realizó un censo entre el gremio, las autoridades le comunicaron que probablemente el acceso al lugar sería difícil, y es que el equipo y maquinarias estarían ahí.
Díaz menciona que ellos propusieron trasladarse unos metros del enclave marítimo, pero el detalle es que necesitarían un relleno y las instalaciones para colocar sus herramientas de trabajo.
"Sé que es un proyecto del Gobierno y ellos son los que mandan, nosotros no queremos que nos indemnicen, sino seguir trabajando. Sabemos que si nos vamos de aquí no vamos a volver", lamenta Díaz que es parte de la Asociación de Pescadores de La Boca.
Señala que los demás puertos como el de Coquira en Chepo (este), el Fiscal en San Felipe y el de Veracruz (oeste) están atiborrados, muy lejos y con poca seguridad. El caribe tampoco es una opción porque presenta mal tiempo o sus aguas son inestables.
Díaz dice que muchos salen al océano todos los días y se adentran por unas ocho horas, trayendo especies como pargo, corvina, laurel, sierra, róbalo y camarones, los favoritos de los consumidores.
Pero este hombre, de unos 48 años y muy extrovertido, señala que ahora se dedica a la pesca turística, una opción más amigable con el ambiente y más rentable para la economía.
Con 20 años frente al mar, manifiesta que aunque parezca irreal el pescar 200 libras de un pez es lo mismo que llevar unas 10 personas que hagan pesca recreativa y que capturen 20 libras.
"Sabemos que cada día hay menos pesca, y más contaminación, los peces se van a mares limpios, por eso nuestra visión es transformar el lugar en puerto recreativo", puntualizó.
Luego de la entrevista, Díaz se dirige a su bote que casi toca las piedra por la marea baja a fin de alistarlo en su próximo viaje que llevará a unos turistas para pescar, en lo que podría ser uno de los últimos del muelle escondido. 



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