Viacrucis conmueve a fieles

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Las ruinas de Panamá Viejo se convirtieron hoy Viernes Santo, en el sitio de peregrinaje hacia la muerte de Jesús.

El viacrucis, la serie de etapas que vivió el hijo de Dios desde su aprehensión hasta su muerte y posterior resurrección, convocó a cientos de panameños que querían presenciar la dramatización del suceso religioso más importante para los cristianos del mundo.

Como si el tiempo hubiese retrocedido unos 2 mil años, actores, autoridades religiosas y feligreses observaban con detalle cada una de las quince estaciones que rememoran este hecho.

Un aproximado de 200 personas intervinieron en este camino a la cruz organizado por la parroquía Nuestra Señora de la Asunción.

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Agua embotellada, pañuelos, celulares, gafas y ropa ligera contrastaban con la indumentaria medieval de los intérpretes de la Pasión y Muerte de Jesús... y, a pesar del sol sofocante, los fieles caminaban a paso de procesión cada parada en la que también oraban conforme dicta la tradición cristiana.

“El viacrucis data de después que Cristo venció a la muerte cuando su madre, la Virgen María, rezaba en cada punto donde cayó su hijo antes de morir crucificado”, comentó Francisco Anel Miranda, uno de los párrocos a cargo del evento.

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De todas las estaciones, hubo tres que en particular conmovieron al público presente. Se trata de la sexta que es donde el Nazareno es flagelado y coronado con espinas. Es en este momento cuando los rostros de los testigos empiezan a transformarse por lo real de las escenas. Así mismo, muchos creyentes lloraban cuando el doble de Jesús fue traspasado por una lanza, episodio que se conoce como la decimotercera estación del viacrucis.

Pero sin duda, la tristeza del acto anterior fue reemplazada por el regreso a la vida, del hombre que, según las escrituras, derramó su sangre por toda la humanidad, y culminan así cerca de tres horas de un drama que se viene efectuando hace ya una década en esta comunidad agobiada por los problemas sociales.

Lugo del viacrucis, los asistentes acudieron a la parroquia para celebrar una misa.