Brújula

Por: Alfonso Zamora Periodista -

La población no está consciente de la dirección que sigue el país, si bien la situación económica es digna de envidia en el área, no lo son los bajos niveles de tolerancia entre la población.

No solo en los medios de comunicación convencionales, sino también en las redes sociales, se da a conocer la actitud belicosa e incontrolable de los ciudadanos, sobre todo en las vías públicas, derivada del estrés ocasionado por los tranques y el pésimo estado de las calles, entre otras cosas.

Otro elemento que se incrementa es el nivel de la criminalidad, uno de cuyos más claros métodos actuales son los asesinatos por encargo o sicariato, sin dejar a un lado los robos, hurtos y algunas modalidades de fraude electrónico.

Asimismo, podemos calcular esta distorsión social por la cantidad de niñas y adolescentes embarazadas, situación cuyas cifras demuestran un aumento del 71.4% en agosto último, comparado con los primeros seis meses del año.

Al parecer, todavía no se entiende, por ejemplo, que no se debe andar por las calles hablando por el celular, situación aislante de la realidad del entorno y que atrae como imán a los malhechores.

Se nos ha vendido la idea de que existe certeza del castigo para los actos de corrupción; sin embargo, la percepción ciudadana es que el engranaje legal es lento y la justicia selectiva.

Tampoco se puede ignorar que en las cárceles se dan enfrentamientos entre bandas, que son tan inesperados como difíciles de evitar, a lo que debe añadirse que sirven para la evasión de peligrosos delincuentes.

Se apuntala este rosario de negatividades con la indolencia con que las autoridades atienden a los damnificados por las recientes inundaciones, los afectados en accidentes de tránsito e ineficiencias en el sistema de salud.

Ante todo esto, el psiquiatra forense Alejandro Pérez alega que estamos a punto de enfrentarnos a una peligrosa anarquía, por lo que urge el diálogo y la tolerancia para evitar que la prosperidad que vivimos no sea arrastrada por el individualismo y el consumo.



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