Dictadura encubierta

"Abdomen blando, levemente doloroso al tacto, herida con escaso sangrado, hematomas, masa en mama izquierda, depresión, cirugía por hernia femoral, entre otros males", lee el diagnóstico de Poulett Morales, por parte de los doctores del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMELCF). Unas fotos horribles de sus heridas abiertas, un video de su hijo con una pancarta, llorando asustado por la situación de su madre y suplicando que tengan piedad y no la envíen otra vez a una celda donde su vida corre peligro.

Kenia Porcell, procuradora nacional de la nación, no contempla que haya suficiente razón para tener que cambiar la situación de Morales. Todo esto, a pesar de que Morales no ha sido sentenciada ni encontrada culpable de lo que se le acusa.

Al parecer, Kenia Porcell no usa el mismo criterio a la hora de darle "país por cárcel" al esposo de la nieta de Roberto Eisenmann y dueño de la empresa Hailing, que está en el centro de la investigación.

Le dan "país por cárcel" cuando actualmente se encuentran varios en prisión con las mismas acusaciones, pero el mayor agravante que tienen esos es una relación con Ricardo Martinelli.

Mientras están en prisión, los que no disfrutan de la justicia selectiva son torturados, presionados, manipulados y amenazados para que señalen el dedo en mi dirección. La otra táctica es la presión financiera: poniendo en cautela y multiplicando la cifra por la que se les acusa varias veces y/o congelando el resto de los activos sin justificación, como en caso de mi hermano Mario.

Cabe decir que Álvaro Alvarado no solo ha preguntado ¿por qué es Poulett Morales la única detenida cuando son tres empresarios los que le vendieron mochilas a Meduca? Alvarado también publicó en Twitter pruebas de que en este gobierno, según PanamáCompra, el Instituto de Ciencias y Tecnología hizo una compra de mochilas por $14.20 vacías, cuando las de Morales costaban $13.85 llenas de útiles escolares e incluían transporte.

La investigación del periodista, en lugar de traer luz al caso de Poulett, le valió persecuciones y ataques que él mismo ha denunciado. No es extraño que a Julio Miller, periodista veterano de Panamá con trayectoria, se le ordenó una detención preventiva en agosto. Los organismos de noticias internacionales se han pronunciado ante lo que parece un claro golpe a la libertad de expresión y actividad periodística.

La justicia selectiva tiene un peso mayor cuando no se admite evidencia que ayude a la defensa. En un país donde existe justicia y se quiere pelear contra la corrupción se tiene que seguir el debido proceso, respetar las instancias de opinión y dar un trato y defensa justa a los implicados.

Si la meta es hacer pagar a alguien porque rompió la ley, se debe seguir la ley para llevarlo a juicio. Está muy claro que al no hacerlo no solo se viola la ley, sino también los derechos humanos.

Este país tiene a muchas personas de mi gobierno, familiares y amigos detenidos en la cárcel sin ningún tipo de veredicto en su contra. Como Poulett Morales son presos políticos, víctimas de una "vendetta" personal del actual presidente de la nación, Juan Carlos Varela, que en lugar de seguir la ley, decidió hacer un juicio mediático y tramposo en el que nadie se puede defender, a pesar de la escasez de pruebas contundentes.

Hemos vivido 25 años de democracia antes del actual gobierno, y tal vez muchos se han olvidado o no conocen los mecanismos de la dictadura. En ella tampoco se respetaban los derechos humanos y arbitrariamente se decidía en contra de la salud y honra de un panameño para empujar una agenda de terror y control. El país en ese entonces también contaba con una multitud de presos y exiliados políticos.

Se sabe que Panamá está descendiendo por un precipicio empujado por el odio y la ineptitud de este gobierno, pero pocos se han dado cuenta de que entran también en una dictadura encubierta.