¡Huele a tierra mojada compa!

Desde la madrugada antes del primer debate presidencial por las elecciones generales del 5 de mayo de 2019, acá en la parte norte de Coclé y sus inmediaciones huele a tierra mojada y los cantos de los mirlos incluyendo a la choroteca común, anuncian los amaneceres.

Quiere decir que pueda y con mucha seguridad que los cantos agoreros de los que anuncian el estado del tiempo en Panamá se equivocan en sus pronósticos “terroristas”: ¡Que no habrá lluvias hasta sepa DS cuando!, equivocándose por supuesto como lo han hecho desde los tiempos de los noticieros del Fat Fernández en canal 2 y el de arriba dormilones en RPC.

Mis abuelas nunca les hicieron caso a los pronosticadores del tiempo, si decían que iba a llover, entonces lavaban dos baldes de ropa, si anunciaban sol para secar chogorros, no lavaban.

La gente del campo de nuestra nación asume con estoicismo tanto la abundancia como la escasez del liquido vital.

Muchos viejos que aún guardamos nuestras pipas y plantamos tabaco virginio para de vez en cuando fumar con la candela “Pá dentro” no entendemos porqué si el río Bayano está a menos de cien años luz, de la potabilizadora de Cerro Azul, no se hacen unos acarreos en cisternas de agua cruda para la potabilizadora que sirve para cientos de miles de personas, sería más económico que los viajes a china.

También nos reímos de La Villa de Los Santos y sus galleros envenenadores de espuelas, que si el grandioso Río Grande que pasa por churubé en la interamericana no está en la luna, porqué no pueden esos carnavaleros empedernidos en tiempos de poca lluvia llevar agua cruda hacia la potabilizadora de La Villa?, sacamos cuenta y 10 viajes costarían menos de 400.00 dolares precio de un solo de los bates del Robinson.

En muchas partes de nuestro mágico país, todavía llueve con rabia y créanme que coseché en el 2017 24,000 galones de agua lluvia para mis flores y la pequeña hortaliza, esta me durará hasta el 5 de mayo con el esperado triunfo de AMG.

Una reconducción política de la mano Ana Matilde, sería tan oportuna, casi como la abundancia de agua, estos momentos de crisis, en donde los partidos tienen al país junto con sus abogados como un verdadero escarbadero de gallinas, buscando gusanos para acusarse los unos a los otros, mientras las instituciones se tuestan en los infiernos del clientelismo, la indiferencia y la endémica corrupción galopante.