La noche en que el CAI alcanzó por fin la victoria

En el fútbol no hay nada escrito, la pasión mueve y lo puede todo. La noche del 19 de mayo del 2018, en el estadio Romel Fernández, se realizó la Gran Final del Torneo Clausura 2018 de la Liga Panameña de Fútbol (LPF) entre los equipos del CAI (Club Atlético Independiente) de La Chorrera y el Tauro FC de Pedregal.

Dos equipos con deseos de coronarse campéon. El Tauro andaba en la búsqueda de su estrella número 14, mientras que para el CAI sería la primera en su vitrina en la máxima categoría del balompié nacional. 

La noche y el reloj avanzaban, las barras exaltadas no paraban de gritar y apoyar, pero nadie lograba anotar, hasta que un error en la defensa taurina hizo que el árbitro Jhon Pitty sancionara un tiro penal a favor del CAI.

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La polémica estalló. Los jugadores taurinos comenzaron a reclamar, porque consideraban que la falta había sido cometida fuera del área grande. Pitti no pidió una segunda opinión y se mantuvo firme en su decisión. Era penal a favor del conjunto chorrerano. 

Balón en mano. Omar Browming sería el responsable de abrir el marcador. Acomodó la pelota, unos pasos hacia atrás y disparó al centro con potencia, para vencer al arquero taurino Óscar McFarlane. 

La explosión de alegría no se hizo esperar en los fanáticos del CAI, porque el sueño de levantar la copa, por primera vez en la LPF, comenzaba a tomar forma. 

Con este resultado, de 1-0, se irían al descanso. 

Ya en la segunda parte, las emociones no faltaron, pero al final el marcador se mantuvo igual y el CAI se coronó campeón.  

Sin duda, uno de los más felices sobre el terreno de juego era el director del CAI, Donaldo González, porque era la primera vez que se coronaba campeón en la LPF. 

Por su parte, la barra del CAI no paraba de gritar, ovacionar, saltar, llorar y celebrar. Todos estaban exaltados y la emoción era desbordante, porque nadie podrá borrar de sus mentes esa enorme alegría que su equipo CAI le regaló esa noche, ese sentimiento indescriptible de ser campeones por primera vez, de escribir una historia diferente con un final feliz.