Aquel popular adagio de que cualquier tiempo pasado fue mejor, no se aplica a los inolvidables "diablos rojos" que empiezan a desaparecer de las calles y avenidas capitalinas, luego del alumbramiento del nuevo vástago del transporte colectivo denominado metrobús.
Si bien el metrobús, tras casi un mes de su nacimiento, no es considerado una "monedita de oro" por todos los habitantes de esta metrópolis, sus inicios han sido satisfactorios, por lo que sus gestores esperan que con el transcurso de los meses y gracias a una mesurada e inteligente campaña de educación, los usuarios se sientan satisfechos.
A los que critican al nuevo sistema de transporte les recuerdo que en el pasado movilizarse en un "diablo rojo" representaba un riesgo para la salud, la integridad física y los valores morales y religiosos.
El "nuevo bebé de Martinelli", bautizado como metrobús, realizará operaciones en Panamá con unidades nuevas, paradas modernas y carriles exclusivos al tiempo que ofrecerá a la ciudadanía seguridad, limpieza y efectividad en el traslado.
El novel sistema dará sus primeros pasos de la mano de un reordenamiento vial fundamentado en un análisis de afluencia vehicular, horas de mayor y menor demanda y zonas de congestionamiento.
Lo anterior permitirá que se mejore la calidad de vida de la población, evitará la contaminación, la proliferación de enfermedades y convertirá la capital panameña en una ciudad más limpia, ordenada y atractiva.
Se trata de un servicio de transporte de pasajeros colectivo, urbano, seguro y moderno, con buses completamente nuevos, equipados con la última tecnología, un servicio digno de calidad humana con conductores capacitados.
El metrobús es un servicio de transporte respetuoso a la vida y seguridad de los pasajeros, que brinda atención especial a personas discapacitadas, jubilados, estudiantes y niños. "Los diablos rojos", en cambio, mataron mucha gente inocente.