Piedras sueltas, barrancos y frecuentes deslizamientos de tierra, este es el panorama que ofrece y que a diario enfrentan los residentes del poblado de Chichivalí, en el distrito de San Carlos, los cuales dependen además de un solo transporte de pasajeros.
"La carretera es una añoranza para nosotros que estamos tan metidos por acá", asegura Sara Gil, quien manifiesta que la carretera está en muy malas condiciones, lo que provoca que los neumáticos de los vehículos se desgasten con mayor rapidez.
TRANSPORTE
A consecuencia de ello, es frecuente que el propietario del único vehículo de transporte de pasajero se vea obligado a paralizar el servicio, por lo que los usuarios se ven obligados a caminar los seis kilómetros de camino hacia la entrada de El Roble, para abordar un transporte.
Cada vez es mayor el deterioro de la carretera, afirmó Gerardo Vásquez, además se debe luchar con los deslizamientos de tierra, los que son removidos a pico y pala durante los meses de lluvia por los propios residentes.
El trayecto hacia Chichivalí es bastante accidentado, especialmente por las piedras sueltas y las empinadas cuestas, las que exigen a los conductores, además de pericia, el máximo de fuerza de sus vehículos.
Según el representante del corregimiento de Los Llanitos, Bernardino Morán, ya existe un proyecto para la rehabilitación del camino, a través del Ministerio de Obras Públicas (MOP).