Para los residentes del distrito de San Carlos no es algo que cause asombro, no obstante, para los visitantes resulta curioso saber qué parte del campanario de la iglesia de San Carlos Borromeo está recubierta con conchas de ostiones que fueron traídas, décadas atrás, de las playa cercanas,
Con solo levantar la vista es posible comprobar cómo fueron colocadas las conchas y apreciar el tamaño que tienen las mismas.
Lamentablemente con el paso de los años algunas partes de esta estructura se han desmoronado, siendo urgente un trabajo de restauración, para preservar esta curiosa decoración que los primeros sancarleños le dieron a su principal templo.
En la misma punta del campanario existe una veleta, y cuentan los pobladores más viejos que las conchas recién colocadas brillaban con la luz del sol.
Aunque se han realizado trabajos de remodelación en la parte interna del templo, la torre y su campanario se conservan tal y como fueron construidos, siendo la única que en su decorado posee conchas de ostiones.