Al fin ocurrió, pensé cuando me vi "patas para arriba" en el sendero lleno de piedras que conduce a Mata Palos, poblado de los cerros de El Valle de Antón. Recibí un fuerte golpe en la asentadera derecha. Por suerte caí sobre una piedra redonda, sin filo. También otra piedra me golpeó la espalda.
En esa incómoda posición vi por unos segundos el cielo azul. Y dispuse levantarme poco a poco. "�Gracias a Dios nadie vio mi caída", pensé contento de evitarme esa pena.
Minutos antes me había ido al suelo de frente. Mis manos protegieron la cara y no recibí ningún golpe.
Era casi medio día del sábado diez de marzo. Estaba haciendo "turismo interno" por una trocha llena de piedras sueltas, que lleva al poblado de curioso nombre "Mata Palos".
Según me había dicho antes el señor Esteban Rivas, "son pocas casas, una lejos de otra". Me faltaba más de una hora para llegar, cosa que nunca pensé hacer.
Me bastaba con "subir la loma", para sentir que a mi edad puedo seguir haciendo cosas de hace más de cincuenta años, cuando era un adolescente.
Ese sendero tiene una triste historia para mí. Allí mi padre se sentó y tocándose el pecho dijo "lo siento muchachos, hasta aquí llego, no puedo más".
Y dejó de acompañarnos por los cerros de El Valle de Antón.
Ahora comprendía que era el sendero más "parado" que conozco. Las piedras sueltas que le echaron para evitar el lodo en el invierno, eran peligrosas al bajar, por más zapatos todo terreno que usted use.
Bajé contento pues no me había roto ningún hueso. Y me puse a pensar en el llamado "turismo interno", que no goza de ningún estímulo por parte de las autoridades.
Hace semanas leí que cuando un extranjero baja de un crucero, Panamá le paga diez balboas a quien lo trajo.
Se supone que ese turista gastará más de esa suma. Por lo tanto, es buena inversión dar ese dinero de los panameños a las empresas navieras.
Los turistas internos podrían recibir incentivos. Después de todo, ellos también contribuyen a la llamada "industria sin chimeneas".
Añada a esto que conocer a la patria es algo positivo para quererla más...
Pienso que se podrían dar bonos para gasolina en los hoteles a los turistas internos, descuentos especiales en restaurantes, en la compra de artesanía, etc. (Algo es algo...).