El momento anhelado por unos y temido por otros está a punto de llegar. Mañana, los equipos negociadores de Panamá y Estados Unidos se sentarán frente a frente por primera vez para acordar los puntos de un casi seguro Tratado de Libre Comercio (TLC).
Pará Panamá, la importancia de esta negociación es mucho mayor que la que en su momento tuvieron las negociaciones de TLCs con El Salvador y Taiwán.
En esta ocasión, se trata de la principal potencia económica del mundo. Un país que desde que Panamá es independiente ha sido su principal socio comercial
Se adelanta que los lineamientos usados para redactar el texto del TLC con Centroamérica serán repetidos en gran medida para la versión que EU quiere firmar con nuestro país.
La cautela y el resguardo de los intereses nacionales debe primar por parte del equipo negociador panameño, dado que se enfrentarán a un Estados Unidos que ha sido duramente criticado por la comunidad internacional durante la última década por exigir aperturas totales en materia comercial al resto de las naciones del mundo, cuando en su propio patio protege con millonarios subsidios a su sector primario.
Es precisamente el sector agropecuario del país el que pondrá más en juego desde este lunes, tomando en cuenta que los ganaderos y agricultores locales están divididos en cuanto a si incluir o dejar por fuera sus rubros de la negociación.
La hora de la verdad está a punto de llegar. El futuro de la economía panameña entrará en una nueva era mañana. Esperemos que los negociadores estén preparados ante el reto; nosotros los medios de comunicación, atentos de cualquier concesión innecesaria; y la opinión pública, vigilante de que no se vulnere la integridad económica.