Ariel Ortega, propietario del bus 8B-06 que se incendió el 23 de octubre de 2006, y quien la semana pasada fue condenado a 40 meses de cárcel, estuvo ayer, lunes, en el Hospital Santo Tomás, donde llegó y salió esposado de pies y manos.
Según su abogado, Valentín Jaén, fue una cita de rutina programada con anterioridad a la condena impuesta por el juez Rolando Quezada Vallespi, y no guarda relación con alguna enfermedad producto de la tensión que vive tanto Ariel como su hermano Próspero Ortega, conductor del bus en el que murieron 18 panameños calcinados.
Jaén destacó que esta semana se estará interponiendo un recurso de apelación ante la condena que se le impuso a ambos ciudadanos.