Ya es posible diagnosticar el cáncer de mama avanzado de manera temprana con un simple análisis de sangre.
El proceso consiste en recoger la información clínica de la paciente y una muestra de sangre, que se mantiene a temperatura ambiente durante 72 horas.
Se utiliza en USA para detectar el cáncer de próstata y el de colon. En España se utiliza para el cáncer de mama.
Tras separar el plasma del resto de componentes sanguíneos y tratar la muestra, se puede determinar si hay células tumorales circulantes (éstas se desplazan al torrente sanguíneo nada más aparece el tumor e incluso pueden permanecer en el cuerpo tras extirparlo), lo que permite a los médicos saber si la enfermedad se va a reproducir e intentar evitarlo mediante quimioterapia.
Una vez analizada la sangre se extraen las células, se detecta, en su caso, la aparición de metástasis y, por último, se hace una hipótesis de la evolución de la enfermedad a la vez que se determina la quimioterapia más adecuada y menos agresiva para la salud.
Esas pequeñas vesículas, llamados exosomas, también podrían ser útiles para conocer la naturaleza del tumor y poder así desarrollar un tratamiento.