Un presunto sicario murió ayer y dieciséis más fueron detenidos en el estado de Jalisco, oeste de México, tras un enfrentamiento entre policías de varias corporaciones con los delincuentes, informaron fuentes oficiales.
El grupo tenía en su poder alrededor de cuarenta granadas, algunas de las cuales usaron contra los policías que trataban de capturarlos, y a quienes dispararon con fusiles AK-47 y AR-15.
Los hechos ocurrieron después de que los policías detectaran un convoy sospechoso de cuatro vehículos, le dieran un alto que desobedecieron, lo que motivó una persecución y que empezaran los disparos.
La policía de Zapopan, municipio vecino a la ciudad de Guadalajara, la capital de Jalisco, recibió refuerzos y las autoridades lograron controlar la situación.
Entre los dieciséis detenidos, aún por identificar, hay una mujer y una persona que llevaba una credencial de la Secretaría de Vialidad del estado de Jalisco con el nombre de Armando Faustino Mercado.
Además de los cuatro vehículos y las granadas incautadas la policía halló en poder del grupo rifles de asalto AR-15 y AK-47,20 chalecos antibalas, cargadores, pistolas, munición y teléfonos celulares.
Una de las camionetas en poder de los presuntos sicarios recibió una treintena de impactos de bala.
El grupo quedó a disposición de la PGR, cuya delegación en Guadalajara está custodiada por Ejército y corporaciones policiales del estado y los municipios de Zapopan y de la propia capital estatal.
