El abucheo al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la apertura de los XV Juegos Panamericanos aleja la posibilidad de que asista a la clausura, pese a que intentó minimizar lo ocurrido y mientras su gobierno cerraba filas frente a críticas de la oposición.
Fuentes oficiales afirmaron ayer que no está garantizada la presencia de Lula en la clausura y aclararon que ni siquiera estaba previsto desde el principio.
Hasta el incidente, todo parecía indicar que participaría de una forma u otra del evento con el que Brasil espera ganar la apuesta para hospedar la Copa del Mundo de Fútbol de 2014 o los Juegos Olímpicos de 2016.