Nadal regresó a la tierra batida, tras su paso por los torneos de hierba, que culminaron con su presencia en la final de Wimbledon, y en ochenta minutos selló su clasificación para la segunda ronda del torneo de Stuttgart tras arrollar al alemán Alexander Waske (6-1 y 6-1), con el que había perdido en el único enfrentamiento que ambos habían dirimido.
El único precedente entre ambos fue hace dos temporadas. En Halle, sobre hierba. Con victoria para el germano. En Stuttgart, que aventura el cierre del curso en arcilla, todo fue distinto. Nadal ofreció su mejor versión.