Desde hace más de quince años, la República Federal de Alemania está impulsando una propuesta para reformar la Carta de Las Naciones Unidas de 1945, con el fin de dar mayores responsabilidades a los países y tener un Consejo de Seguridad más amplio, como participativo, sin necesidad del veto agobiante y mezquino de las superpotencias.
Joschka Fisher, ministro de Exteriores de Alemania, destacó el papel de Alemania en la Unión Europea (UE) y su enorme aporte político-económico a esta organización (el 25% del presupuesto de la UE es dado por Berlín), igual que en la ONU, donde casi el 24% de fondo operativo de la entidad supranacional es respaldado por los germanos.
DESIGUALDAD
Similar a la postura de Alemania, otras naciones como Japón, Brasil, México, India, Nigeria, Egipto y Sudáfrica buscan su ingreso en el Consejo de Seguridad.
Para efectos, este consejo internacional es el órgano de mayor poder de la ONU y lo componen un selecto grupo de 15 naciones que determinan el destino de la humanidad. Sólo cinco países (Estados Unidos, Francia, Rusia, China y el Reino Unido de la Gran Bretaña) tienen carácter de miembros permanentes del consejo y poseen derecho a vetar resoluciones; otros 10 países son miembros no permanentes y se rotan cada dos años.
Estos últimos diez Estados no tienen derecho a veto.
�LTIMA PROPUESTA
Desde 1997 existe la propuesta "Razali" para cambiar el Consejo y permitir cinco nuevos miembros permanentes electos por la Asamblea General, tres del Sur y dos países industrializados.
PLAN PARA SALVAR AL ORGANISMO: 24 MIEMBROS PARA CONSEJO
El plan Razali propone que el Consejo de Seguridad sea ampliado a 24 puestos, 10 miembros permanentes (5 electos por la Asamblea Gral.) y 14 no permanentes.