C on voz seria, la Licda. Alma Montenegro de Fletcher me dijo: "En este despacho he visto destruirse muchas familias por cuestiones de herencia". Esto sucedió hace muchos años, cuando la Licda. Montenegro era Notaria Pública.
Ella me habló que los panameños no eran previsores ante lo único que tenemos todos seguro: la muerte.
Pocos compatriotas hacen testamento. Entonces pueden surgir problemas entre los herederos... y "destruirse" familias disgustadas por la repartición de la herencia.
He sabido muchos casos de verdaderas arrebatiñas entre hermanos y demás herederos, por los bienes del difunto(a).
Una secretaria me estaba contando el otro día que su padre tenía mucho dinero en el Banco. Y la cuenta la puso a nombre de una hermana cercana de él.
Cuando falleció, la hermana se hizo la "chiva loca" y se quedó con la plata, en lugar de repartirla entre los hermanos. Eso pasó porque no había testamento.
En esto del testamento hay que decir que es la última voluntad del fallecido(a). Y siempre debe respetarse al piel de la letra, aunque a veces surgen cambios luego de cumplirse la última voluntad.
En Estados Unidos existen casos de personas que dejan su fortuna �al perro! Alegan que realmente fue el único ser que lo acompañó hasta la muerte.
No es de extrañar que algunos hijos de gringos adinerados se lleven la sorpresa al leerse el testamento, que su padre o madre le dejó la plata a un grupo religioso o asociación de caridad.
Es que el hecho de ser hijo(a) no significa que tengan buena relación con sus padres, ni que se preocupen por ellos en su período final de vida.
Si no hay testamento y muchos bienes, se tendrá que ir a juicio, donde no es de extrañar que los gastos legales sean grandes.
Claro que pocos quieren pensar en que tendrán que irse de este llamado "valle de lágrimas". Otros no querrán gastar dinero en hacer el testamento.
Por supuesto que me refiero a los que tienen algo que dejar... (�que no sean deudas!).
