Son muchos los hombres y mujeres panameños que por cometer un error en la vida, pagan un alto precio entre las paredes y frente a los barrotes de una cárcel, sin tener contacto con el mundo exterior y saber que cada día y noche deben permanecer encerrados, mientras sus vidas se desintegran.
Pero esto no ha sido impedimento para que unas 65 mujeres, que permanecen privadas de su libertad y que cumplen una condena en el Centro de Rehabilitación Femenino de Colón, aprovechen la oportunidad para aprender y ejercer sus conocimientos al reintegrarse a la sociedad.
SORPRESA
Estas 65 mujeres sorprendieron a familiares, amigos y autoridades de la provincia de Colón, cuando mostraron sus excelentes creatividades plasmadas en decorativos pasteles, de bodas, quince años, cumpleaños o para celebrar una ocasión especial.
María Barco, una de las mujeres participantes, quien en su trabajo final, confeccionó un exótico dulce de bodas, expresó su satisfacción por los conocimientos que se les ofrecen dentro del penal a pesar que cumplen una condena, y agradeció el apoyo de los administrativos del Sistema Penitenciario de Colón.
Según ella, este es el tercer taller que se les imparte dentro del recinto carcelario, que ha sido de mucho provecho para ellas, porque al reintegrarse a la sociedad ya tiene una forma de salir adelante.