El Abierto de Estados Unidos amplió definitivamente las expectativas de uno de los tenistas con más proyección, Juan Martín del Potro, con la propulsión que le supuso un día después de superar al español Rafael Nadal, la conquista del torneo y que contempló la claudicación de su rey, Roger Federer, vencedor en los últimos cinco años.
Del Potro fue el único de los aspirantes incipientes a las alturas del circuito que fue capaz de tumbar al número uno del mundo. Hace dos años fue el serbio Novak Djokovic, que advertía como futuro dominador del tenis, y un año después, el escocés Andy Murray ocupó el sitio. Ambos salieron malparados de la experiencia, no así Juan Martín del Potro, que confirmó la progresión que ha evidenciado año tras año.
El argentino fue el que más sólido se mostró durante todo el torneo. Sacó de la pista al número dos del mundo, Rafael Nadal, y batió, en su área natural, al uno del mundo, Roger Federer.
Del Potro advierte para el futuro, es el cinco del mundo, pero ya amenaza al cuarteto de elite, hasta ahora un grupo intocable, ensombrecido ya por el despegue del jugador de Tandil.
El triunfo de Juan Martín del Potro supuso savia nueva para el tenis actual. Centrado en los éxitos de Federer y de Rafael Nadal, con incursiones puntuales, como la de Djokovic, ninguno del resto permaneció a la altura. Federer se quedó sin su sexto éxito, el que le hubiera catapultado entre las leyendas del pasado, a la altura de John Tilden, el último que logró seis títulos consecutivos en el último Grand Slam de la temporada, allá por el año 1920.