La historia empieza en una tranquila mañana de un día laborable cuando un banco abre sus puertas. Un grupo de cinco ladrones encapuchados y vestidos de negro irrumpen en el banco y toman a todos como rehenes.
En breve, la policía llega y rodea a los atracadores. El cabecilla, Lorenz, pide un negociador y exige que sea el detective Quentin Conners. Su supervisor, el capitán Jenkins se ve forzado a readmitir a Conners para el caso, pero le pone a trabajar con un recién llegado de la Academia de Policía, el novato detective Dekker.
Conners contacta con Lorenz y comienza un proceso de negociación. Se organiza una táctica muy precisa de entrada al banco, pero se convierte en una batalla campal y los ladrones consiguen escapar. Los detectives pronto descubren una gran conspiración. Están en juego 1 billón de dólares.
Conners y Dekker se apresuran a revelar el objeto del robo. Parece que no se han llevado dinero, pero inmediatamente sospechan de las cajas de depósito. Revisan los vídeos de vigilancia e identifican un sospechoso: un conocido criminal llamado Dwayne Richards.