En los últimos cinco años, los carteles mexicanos de la droga se han apoyado en la región centroamericana para hacer llegar la mercancía al mercado estadounidense. Panamá se ha convertido en el punto logístico de los miembros de los carteles de Sinaloa, El Golfo y el de Tijuana.
Jorge Aparicio, experto en materia internacional, asegura que los carteles se interesan en los pandilleros y las maras de la región centromericana porque, además de sembrar el terror, han modificado su sistema de operación artesanal.
"Ya no son pandilleros, ahora se les denomina carteles, porque dominan un patrimonio muy importante. Son los encargados de importar la cocaína y heroína proveniente de Asia".
Aparicio recalcó que los mareros han dejado de lado los tatuajes y ahora se pueden confundir con cualquier profesional. Reparten dinero en las barriadas pobres, han establecido una red grande y tienen tanto o más poder económico que los carteles colombianos.
Ya el problema de las "maras" no es exclusivo de Honduras y El Salvador, se están extendiendo y asociando con una de las peores mafias de los últimos tiempos: la mexicana, que involucra a los Carteles de Juárez, Tijuana, Sinaloa, Michoacán, grupos que acabaron con los carteles de Medellín y Cali.
"Las Maras" y los carteles mexicanos están traspasando fronteras nacionales y subregionales. Ahora hay "Maras" en países como Canadá, España, se cree que existen células importantes en Australia, y Panamá no ha sido la excepción", recalcó Aparicio.
"En el territorio nacional hay un núcleo de maras centroamericanas que serían los intermediarios entre los carteles mexicanos y las pandillas panameñas. Están en un proceso de "cartelización" en Panamá, el cual está conformado por mexicanos, que lo lideran, colombianos y mareros.
El experto indica que es muy evidente la existencia de estos núcleos que han tomado como bastión Chiriquí, la ciudad capital, con un bajo perfil.
Panamá está en la ruta de los narcos, pero en la medida en que Estados Unidos y México pierdan la guerra contra el narcotráfico, la situación se tornará más difícil.
"El problema es que estos grupos se estacionan en territorio panameño, y Dios nos libre de que los carteles mexicanos se tomen el país, ellos son peores que las "maras" y por el momento, no contamos con las legislaciones necesarias para combatirlos".