Después de 15 años, han recogido con fundamento los peligrosos basurales a cada lado de la autopista Arraiján-La Chorrera. Que no sea este esfuerzo flor de un día. También limpiaron las orillas de la vía que conduce al Puente Centenario.
El barrido con máquinas pesadas, de todos esos desperdicios sólidos y biodegradables tan cercanos a centros poblacionales, debió anunciarse y publicarse con notoriedad. Se está protegiendo a más de un millón de personas de contraer enfermedades, al eliminar esos desechos, formados por la cultura sanitaria y en extremo primitiva que nos distingue y nos estigmatiza en todo el mundo.
Recoger en una quincena kilómetros de basura tan vieja, debió salir en CNN. Pero ni los espaldas mojadas de las cadenas noticiosas de EE.UU. ni la comunicación nacional se alertaron con acción tan valiosa.
La televisión y algunos programas de radio repiten "ad nauseam" todos los días las mismas pendejadas de siempre: Los tranques, cambios de partido, la novela de la doctora Chana Matilde que no sabe que el PRD perdió, y las burradas del alcalde compitiendo con las embrutecedoras novelas. La "tele" que tiene cautiva a la población de a pie, no da un solo programa para cambiar nuestra cultura sanitaria. Aquí meten a los perros a cagar en las canchas de tenis, playas y piscinas y desde los vehículos lanzan la basura por "doquier".
La basura es un trabajo nacional, no de distritos, con la salud no se juega a la política. Lo de la autopista debió suplantar como noticia a eventualidades domésticas y manidas. Claro que las noticias por calamidades tremebundas deben continuar, como: El Guayacolato, otros crímenes, Cemis, el Toro, Bill, del Fénix PRD, del Panameñismo decadente y de las locuras del CD, que por más escandalosas, no dejan de ser problemas minúsculos al lado del hambre, la mala educación sanitaria y el desempleo.
