De los clubes nocturnos o cabaret como se les conocía, uno de los más conocidos fue el Happy Land o Club Tierra Feliz. Su dueño era el empresario Lucho Donadío Demare, quien se caracterizó por el toque personal que le dio a este negocio de las variedades artísticas.
Este Club estaba ubicado en la parte baja de un enorme caserón de madera, para mejor ubicación de los lectores, el Happy Land quedaba frente a lo que fue el museo Reina Torres de Araúz en plena Plaza 5 de Mayo.
Este Club fue famoso por la cantidad de estrellas de la farándula de esa época que pasaron por su pista. Recuerdo todavía a Luis Arcaraz con su Orquesta, Los Churumbeles de España con su cantante Juan Legido, Ninon Sevilla, María Antonieta Ponds, Lola Flores, Oscar Moreno y su Ballet, Fernando Fernández, El Trío los Tres Caballeros, etc.
Este club fue el más exitoso de la época, ya que Panamá era el paso obligado de los barcos de guerra de la Marina de los Estados Unidos que iban para los frentes de guerra, por lo que en ocasiones el Happy Land se veía obligado a abrir puertas al mediodía y a hacer su espectáculo a esa hora, ya que los soldados y marinos cargados de dinero querían aprovechar en tierra las ocho horas que le tomaba al barco hacer la travesía de océano a océano.
Todavía recuerdo ese trayecto de la Plaza Cinco de Mayo, convertido en una mancha de color blanco, debido a los miles de marinos que lo transitaban, ya que su uniforme era de ese color.
Para algunos lectores de esta nueva época, les parecerá extraño que un club nocturno abriera sus puertas a tan tempranas horas del día, pero tal era la sagacidad de Lucho Donadío, que no dudó un solo momento en pensar si se apegaba a la tradición de permanecer cerrado, y abrir el negocio, se impuso esto último y obtuvo miles de dólares en ganancias. Terminada la Segunda Guerra Mundial, llegó la recesión económica a Panamá y el negocio de los clubes nocturnos fue de los más afectados y el Happy Land cerró sus puertas, pero aunque ustedes no lo crean, todavía está en el recuerdo de los bohemios de la época, ya que a la fecha ninguna de las llamadas discotecas lo ha podido superar.
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