Samuel llegó a su casa tambaleándose luego de tomar alcohol durante cinco horas en un bar cerca de su casa. María, con seis meses de embarazo, dormía en una estrecha cama junto a sus dos hijos: "Juancho", de 9 años, y "Pedrito", de 3. Ella sintió sobresalto cuando Samuel se le abalanzó exigiéndole explicación porque no contestó el teléfono durante el día. Ambos se liaron a golpes hasta que María cayó sobre el pavimento. Los dos muchachos, aterrados, vieron la escena.
"Pancho" salió de su hogar molesto porque su madre no le confesó el nombre del nuevo cónyuge de su ex mujer. Caminó por 15 minutos hasta llegar a la casa de su hermana Antonia, donde una infante de 3 años le extendió los brazos, pero éste-sin explicación-la agarró y le mutiló parte del cuerpo, dejándola sobre el empedrado. "Pancho" se entregó a la Policía. Dos semanas después-en su celda- se mató.
No son historias sacadas de una película de terror. Son hechos reales que se repiten en Panamá y con saldo de muertos y heridos.
La PTJ reportó de enero a agosto de este año, 2 mil 383 delitos de violencia doméstica y la muerte de 51 mujeres, 16 de las cuales perdieron la vida en manos del hombre que juró amarlas, mientras que 7 acabaron en las de su ex pareja y 11 en familiares o desconocidos. Incluso, tres niñas entre cuatro y 14 años no sobrevivieron para contar la historia.
El Ministerio de Salud, por su parte, atendió 2 mil 585 casos de sospecha de violencia intrafamiliar en 2006, según reportes de la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas, que dan cuenta igualmente que el consumo de alcohol, con un 40%, y el maltrato repetitivo con un 39%, son las causas que inducen, generalmente, a la violencia de género.
Estas estadísticas provenientes de los centros y hospitales del país también destacan que unos 67 niños menores de 1 año, de una u otra forma sufrieron agresiones físicas o emocionales en el seno familiar.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) asegura que una quinta parte de las mujeres en el mundo es objeto de violencia en alguna etapa de su vida y como consecuencia de ello presenta altos índices de discapacidad, teniendo a veces más instintos de suicidios y tasa elevada de mortalidad.
TEMOR
Los especialistas en asuntos de familia coinciden en señalar que las víctimas, por temor a represalias y por desconocer que existen leyes que castigan con cárcel esta conducta "distorsionada" del hombre, soportan por años agresiones físicas, verbales, sexuales, psicológicas y patrimoniales que son las diversas manifestaciones de la violencia doméstica.
Uno de esos casos es el de Beatriz Jiménez. Ella prefirió aguantar golpes y maltratos verbales durante 17 años, por amor a su marido, según confió, y por no perder las comodidades económicas que éste le ofrecía. Hasta que un 25 de diciembre de 1990, los golpes la condujeron al servicio de urgencias del HST.
La Dra. Nadja Porcell destacó, durante exposición en la Video Conferencia: "Por las Mujeres, por la Salud del Mundo", que aún las víctimas tienen recelo y reserva en denunciar a su agresor, y por ello enfatizó en la necesidad de que la sociedad asuma una actitud "proactiva" para contrarrestar los alcances de este delito.
AYUDA
Porcell dijo que el MINSA, a través de la Red de Apoyo contra la Violencia Intrafamiliar, que opera-desde hace 10 años- en el Policentro de Juan Díaz, brinda atención y orientación a mujeres, niños (as), ancianos (as) y discapacitados ( as) violentados en el hogar.
Esta Red mantiene abierta la línea 266-0315, de 7: 00 a.m. a 3: 00 p.m.
Por su parte, la magistrada suplente en el Segundo Tribunal Superior de Justicia, Ileana Turner, dijo que la violencia doméstica no es solamente el abuso físico, los golpes o las heridas. Son aún más terribles la violencia psicológica y la sexual por el trauma que causa, que la física que todo el mundo puede ver.
Reconoció que si bien es cierto el mayor abultamiento que mantienen los tribunales de justicia son los de violencia doméstica, también es cierto que hay una "cifra negra" que no se conoce, porque la gente no se atreve a denunciar el maltrato intrafamiliar.
