Encerrado en estrechas y maltrechas paredes, para Máximo, de 37 años, los días y las noches son la misma cosa. Entre griterías, olores nauseabundos que dejan las heces fecales y cuyos mohos y bacterias se pegan al perímetro del viejo cemento, Máximo ha pasado tres años de la condena de cuatro que le echaron por tráfico de drogas.
No tiene miedo de confesar que llora de tristeza porque la libertad se le ha ido.
Sin familia, sin amigos y en constante lucha de sobrevivencia, Máximo ha tenido tiempo para meditar y refugiarse de su desdica en las palabras alentadoras de la Biblia.
"Aquí, Dios es el único consuelo", dijo. Y es que la cárcel parece ser el punto de encuentro para los que buscan la salvación del alma y al mismo tiempo ha servido de inspiración para muchos ciudadanos.
Vico C, un famoso rapero puertorriqueño, estuvo preso y desde allí, detrás de las rejas, el amor a Dios y a su hija lo llevó a componer una melodía que trascendió los barrotes, igual que lo hizo el salsero Franklin Ruiz, entre otros.
Pareciera que las cárceles son el retiro para la meditación y el encuentro con el Yo interior, donde la Biblia se convierte en el libro más leído.
�PORQUE BUSCAR A DIOS EN LA CARCEL?
�QUE HACE QUE LOS REOS CAMBIEN?
Las interrogantes salieron a flor de piel y la respuesta fue tajante.�"Tal vez para pagar las condenas de forma más tranquila".
Eso es lo que dijo Máximo. Al menos, eso fue lo que inicialmente pensó, pero hoy está convencido que Dios es la respuesta a una vida tranquila.
TESTIMONIOS
En las celdas impera el poder de las pandillas. Hasta allá se extiende el control de los líderes delincuentes. Allí hay otros que se autodenominan "jefes", y la sobrevivencia es ardúa.
Las opciones son pocas: o vivir en las celdas organizadas geográficamente o unirse al grupo de los llamados "siervos".
En el primer grupo se asegura la supervivencia con la Ley del más fuerte; en la segunda se vive en tranquilidad con la doctrina pacífica.
Los llamados "cristianos" realizan actividades de cultos que reúne a un selecto grupo de reos que buscan en la religión, el escape a la soledad angustiosa, al miedo a perder la vida en alguna reyerta o a convertirse en el esclavo de un preso más fuerte.
Algunos convictos consideran que buscar a Dios en la cárcel es un signo de debilidad, pero Rogelio Frías, quien cumplió cinco años por robo de auto, asegura que en la prisión, "el único amigo es aquel que está en el Cielo".
"Prefiero estar entre los siervos de la iglesia y cumplir con mi condena, pero con vida". Ese era el pensamiento de Rogelio cuando estaba en "el estómago de la bestia", como le llaman a la prisión.
"Estar preso es triste y muy feo, por lo cual es mejor convivir con personas tranquilas que piensen en el bien, ya que allí no hay amigos. No se confía ni en la sombra", aseguró el entrevistado.
" Nadie 'tá bien" es el lema en las celdas y eso se puede notar en el rostro de los reos.
Según Sidia de Zúñiga, diácona del templo Moriach, en Pedregal, hay muchas razones para que un reo busque de Dios.
Liberarse espiritualmente
Encontrar la paz
Respirar un poco del aire de libertad cuando les otorgan permisos por cuestiones de los cultos
Ser siervos en la cárcel es como tener inmunidad hasta para tener una comida diferente a la de los demás presos
Librarse de muchas rencillas y problemas
lConseguir respeto
Estar a salvo de los "matones"
Asegurar salir vivo de la prisión
REALIDAD
Ante la situación deprimente en las prisiones, los pasajes bíblicos alentadores alimentan las esperanzas de sus ocupantes.
"No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerza. Siempre te ayudar�, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia", Isaías, 41: 10.
�A quién no le gustaría sentir ese apoyo?