El Cristo Negro, entre devoción, salsa y mucha seguridad

La vestimenta morada de sus fieles, los identifica, cuando días e incluso semanas antes del 21 de octubre, inicia el peregrinaje agotador, pero lleno de fe, hacia el distrito de Portobelo
El Cristo Negro, entre devoción, salsa y mucha seguridad

El Cristo Negro, entre devoción, salsa y mucha seguridad

Por: Redacción Crítica -

Muchos aseguran que su fe en el ‘Naza’, ‘el negrito lindo de Portobelo’, los ha salvado de la muerte o les ha abierto las puertas a una vida, mejor, por lo que la deuda con el santo es casi que eterna. Son los mismos que cada 21 de octubre, desde distintos puntos del país, e incluso del extranjero concurren a rendirle tributo al Cristo Negro de Portobelo, expresión más pura de la religiosidad popular panameña.

La vestimenta morada de sus fieles, los identifica, cuando días e incluso semanas antes del 21 de octubre, inicia  el peregrinaje agotador, pero lleno de fe, hacia el distrito de Portobelo, que años atrás años los reciben y cuando finalmente avizoran la iglesia que alberga al santo, viene la verdadera prueba: entrar a rastras, con cera ardiente de velas encendidas que guían su camino al templo.

¿De donde viene?

El origen de la imagen de madera, vestida de túnica morada, rostro sufriente, pero decorado con prendas de oro dejada por los fieles como prueba de amor y agradecimiento, se pierde en el tiempo. Unos dicen que fue encontrada, un 21 de octubre de 1658,  dentro de una caja flotando en el mar. Los lugareños colocaron la imagen en la iglesia y en el acto cesó   epidemia de cólera que azotaba al pueblo.

Otra leyenda cuenta que fue tirado al mar, por tripulantes de una embarcación, para aligerar su carga en medio de una tormenta y otra versión asegura que que hubo una confusión al cambiarse dos imágenes: una de San Pedro, pedida por el párroco de Portobelo, y la de un Nazareno para Taboga. Cuando se intentó hacer el cambio, siempre  pasaba algo que impedía  que la imagen fuera devuelta, así que decidieron dejarla en Portobelo.

Santo del pueblo

Lo cierto es que cada año, el 21 de octubre, Portobelo, recibe a más de 50,000 personas que participan en las fiestas del Cristo Negro de San Felipe de Portobelo,  en esta fecha, los peregrinos expían sus culpas o le cumplan las promesas realizadas por los milagros que su fe reconoce.
Llegan caminando, arrastrándose, de rodillas. Mortificándose con el calor de la parafina que derraman las velas que  les derraman sobre sus espaldas. Algunos cargan pesados maderos, recorriendo largos trechos, con tal de llegar a tiempo a la cita con su fe.

Internacional

La fiesta del Cristo Negro, ha logrado repercusiones internacionales, sobre todo por la fe de interpretes  como Ismael Rivera, Celia Cruz, Pete "El Conde" Rodríguez, Cheo Feliciano y Gilberto Santa Rosa, entre otros, que en su momento exteriorizaron y le pusieron música a su  devoción por “el Negrón”, como también, se le conoce. “El nazareno me dijo...” , de Ismael Rivera, es una de las melodías que suena en las emisoras para esta época.

Seguridad


Para este fecha, se activa un férreo dispositivo de los estamentos de seguridad, ya que es frecuente, que algunos fieles lleven su dosis de la prohibida ‘hierba santa’ como parte de su peregrinar y también para asegurarle a los turistas y visitantes, que sus vidas y bienes estarán en buenas manos durante la festividad.

Fe y mas fe

La fe mueve montaña, calma dolores y aviva la esperanza, los que van a Portobelo,  lo hacen por agradecimiento a favores recibidos, otros buscando que el Naza ‘les resuelva’, como dice el lenguaje coloquial, lo cierto es que con los años esta fiesta religiosa, se ha convertido en un símbolo de la identidad de los creyentes católicos panameños.

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